Los pensionistas españoles verán
revalorizadas sus prestaciones en un 0,25% en este 2014. Según confirmó la
normativa aprobada por el gobierno recientemente, desde el pasado 1 de enero
entra en vigor el nuevo Real Decreto que supone un decrecimiento del 0,75% en
la revalorización de las prestaciones que recibirán los pensionistas respecto al
pasado curso.
Por lo tanto, esta subida aportará muy pocos euros a la economía real de los perceptores, lo que pone sobre la mesa la imperiosa necesidad que tendrán muchas familias de adquirir un Plan de Pensiones complementario, sino quieren ver atenuado su poder adquisitivo en el momento de su jubilación futuro. Si atendemos al desglose por el tipo de pensión, y según ha explicado el Ministerio de Empleo, este incremento del 0,25% afectará a 9,15 millones de pensiones contributivas, otras 432.757 para pensiones no contributivas y 166.631 para las destinadas a personas que tienen un hijo con discapacidad. Dependiendo del tipo de pensión, el incremento medio estará en unos dos euros, y para ello el ejemplo más claro lo tenemos en la prestación de jubilados de 65 años con cónyuge a cargo (una de las más comunes): la cantidad percibida pasará de 780,9 € al mes, dos euros más que en 2013.
Ante esta tesitura, muchos se
preguntarán el porqué de este retroceso:
la razón hay que buscarla (como han hecho en algunos países como Alemania), en
que desde el 1 de enero de 2014 la pensión se desliga para siempre del IPC.
De esta manera, y según la normativa aprobada en el Congreso el pasado 19 de
diciembre, las pensiones no subirán
nunca más del 0,5%, aunque la economía española crezca de manera positiva
durante los próximos años.
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