España
es uno de los países desarrollados en los que menos futuro se vislumbra para
las personas que se lleguen al final de su etapa laboral a medio y largo plazo.
Según las conclusiones del Estudio Anual de Preparación para la Jubilación 2014
de Aegon realizado en 15 países diferentes, únicamente el 8% de los españoles
piensan que tendrán una vida cómoda tras su jubilación, tan sólo por delante de países como Japón, Francia
o Polonia.
El informe
proyecta las mismas perspectivas negativas para los españoles que en su edición
del año pasado, ya que se mantiene el dato del 72% de los encuestados que creen
que las futuras generaciones tendrán unas condiciones de vida mucho peores que
las de los jubilados actuales. Esta cifra es mucho peor en el abanico de
jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y 24 años, donde un 40% cree que
necesitará algún tipo de ayuda económica adicional tras su jubilación.
Igualmente,
la falta de recursos económicos es el principal motivo que impide a un 69% de
los españoles generar una mayor capacidad de ahorro, a la vez que demandan un
incremento salarial y una mejoría del entorno económico como posible salida a
esta situación que permitiría hacer frente a un incremento de la capacidad
de ahorro a largo plazo.
Aún
así, estas perspectivas tan poco halagüeñas contrastan con el 52% de los
encuestados españoles que creen que no tendrán que seguir trabajando tras
llegar al momento de su retiro laboral. Aegon
también subraya la necesidad de que sean las propias empresas las que opten por
facilitar el acceso de los trabajadores a los Planes de Pensiones, aunque el
número de empresas que de momento ofrece esta posibilidad es de sólo el 49%.
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