El sector asegurador sigue
confirmando su potencial como uno de los mayores puntales económicos de nuestro
país. Según un informe que se ha conocido esta semana publicado por la
Asociación Empresarial del Seguro, el sector habría certificado una tasa de empleos
fijos del 97,1%, además de haber pasado durante los últimos cinco años de
fuerte desempleo general con prácticamente el mismo número de empleos directos,
llegando casi los 47.000.
Estos datos, recogidos en la
Memoria Social 2013 de la institución (cuyo resultado final se publicará en 2014), especifican que este empleo directo se
habría incrementado en el presente curso si atendemos a los datos de EPA (que
tiene otra metodología para llevar a cabo el recuento), que indica que la cifra
de empleados en el sector es de 135.000 personas. Además, la temporalidad es
prácticamente mínima, alcanzando solamente el 2,9% del total de los contratos,
dato que contrasta con la situación macroeconómica española en 2010, que aglutinaba
a un 22,6% del total de empleos parciales. De esta manera, se muestra uno de los
mejores comportamientos laborales de nuestra economía después de haber capeado
con contundencia los años más duros de la crisis.
Otra de las características
históricas más destacadas del sector es su enorme productividad, al
incrementarse desde los 155.000 euros de 1987 a 480.000 euros en 2012. En esta
misma línea, también se ha erguido como uno de los sectores que más empleo
femenino ha creado desde 1987, al multiplicar por 4,5 el número de mujeres
contratadas. El coste total por trabajador también es uno de los más altos de
todos los sectores, llegando a unos 3.020 euros al mes a finales de 2011.
Con todo ello, podemos asegurar
que el peso que tiene en nuestra economía el sector asegurador español es cada
vez más importante. De hecho, el año pasado representó un 5,5% de la cifra
total de PIB y se espera que se mantenga en esa línea en los próximos años. Según
se ha explicado desde el Banco de España esta semana, el sector “es clave en la
economía y el sistema financiero, no sólo porque permite gestionar mejor
algunos riesgos a través de sus servicios, sino también por la relevancia que
tienen en algunos segmentos claves del sector financiero, como es la deuda
pública o la corporativa”.
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